


Atravesando la sierra de O courel, por carreteras algo más que “inquietantes”, con bastante incertidumbre en parte causada por la magnitud de un paisaje de cumbres despobladas y de una altura respetable… llegamos a Seceda, un pequeño pueblo de casas de pizarra apiñadas con un sabor muy especial. Aunque conservando el encanto, ahora lo están rehabilitando a través de un programa de la UE. Aunque hay casas habitadas y al menos un barecillo, no nos encontramos absolutamente con nadie. Sólo pudimos ver a través de una ventana a una señora que también nos observaba.
Merece la pena llegar a este pueblo tan pintoresco, pero supongo que existirán otros caminos o rutas mejores.
Merece la pena llegar a este pueblo tan pintoresco, pero supongo que existirán otros caminos o rutas mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario